Se enojó tanto con él, que empezó a pegarle con una fusta hasta dejarlo sangrando; y con dificultad para mover su pata. Alguien en el bosque lo miraba, recordando el castigo que le había dado a su perro. De pronto el joven, escuchó movimiento entre los árboles y la pastura. No le prestó atención, subió a su caballo y directamente se dirigió al pueblo.
Cuando iba llegado, en el camino se encontró una viejecita, que le preguntó: “¿Le ha sucedido algo a tu caballo?, está lastimado en una pata”. El no le contestó, y se fue al castillo donde tenía una competencia de lanzas.
Al volver, hizo el mismo camino. De pronto su corcel se detuvo en el bosque tupido, por donde anteriormente habían pasado. El le insistió, pero no se movió de su lugar no lo escuchaba. Entre los árboles apareció aquella viejecita, que se transformó en un hada del bosque. Y… lo transformó, diciéndole:”los animales como la naturaleza, son sagradas; de ahora en más lo sentirás formando parte de ella”.zrrmrmwrm
No había más nada que hacer…., él había sido causa de su propia acción…
Irlanda, mientras leen les estoy haciendo llegar estrellitas de protección y amor!
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marcela+ciaffone+kenny
julio 31, 2008 a las 7:25 am
Así se hace!! Quizá la única forma de aprender sobre las cosas, sobre la vida, sea aunque sea por unos minutos, siendo el otro. Ojalá antes de decir, juzgar, o criticar, pudiésemo ponernos en los zapatos del otro, para mirar las cosas desde otro lugar. Te dejo muchos besitos amiga, que tengas un bello día!!