Cuento Irlanda – Las ventanas de las hadas

Dentro del bosque hay un grupo de hadas que decidieron, hacer en un árbol su lugar para vivir juntas.

Se conocen desde que el Hada Madre las trajo, para ayudar a los seres de este planeta a estar más protegidos.  zwrmzwrm

Es un lugar mágico, dado que las ventanas no se ven. De allí salen las haditas, para realizar su cometido, cuando el Hada Madre las llama.

 

Había una de ellas que era muy inquieta y siempre salía rápido por su ventana, cuando la llamaban. zwrmzwrm

 

La precisaban, dado que tenía una gran habilidad. Con su barita mágica, podía en situaciones difíciles, aunque no lo puedan creer estar más tranquila que el resto, de las haditas.

 

El Hada Madre la llamó, porque había un pequeño que había subido a un árbol, muy alto. Se encontraba en una de sus ramas, colgado y no tenía fuerza para sostenerse. Abajo su abuela no podía subir, estaba muy preocupara, de que se cayera de semejante altura.

 

El hadita inquieta salió por la ventana, tan rápido que se le enganchó el vestido en la ventana. Comenzó a gritar: – Amigas haditas, ayúdenme, me necesitan.

 

El hadita que estaba en el cuarto de al lado, la escuchó y fue volando a ayudarla. –Espera, le dijo. – Tranquila, no te muevas así me ayudas a que pueda soltar tu vestido, de la ventana.

-Apúrate, le contestó me necesitan.

-Ya está, te solté, suerte.

 

El hadita salió volando, tan rápido que vio de lejos a la abuela, hablándole a su nieto que estaba en el árbol.

-Tranquilo pequeño, le dijo el hadita.

-Voy por ti, mientras con su barita le mandaba estrellitas de protección.

Lo tomó entre sus brazos y fue aleteando suavemente hacia la abuela. Puso a su nietito, en los brazos de la abuela. Ella lo puso al pequeño, sobre el pasto.

 

Saltando y abrazando a la hadita le dijo: -gracias, por salvar a mi nieto.

La hadita le respondió: – gracias, a usted por creer en nosotras, siempre estamos para protegerlos de todo lo que podamos.

 

Ese día la hadita aprendió, que tenía que hacer lo mismo cuando salía por su ventana, cuando ayudaba. Estar tranquila, para hacer las cosas mejor.

 

¡Irlanda, mientras leen les estoy haciendo llegar estrellitas de protección y amor!

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Cuento Irlanda – Duendes intrusos

Habían duendes que aparecían de pronto, en el momento que menos uno lo esperaba.

 

De día y de noche. Especialmente cuando todo estaba tranquilo y en silencio.

 

El niño dormía tranquilo en su habitación, pero comenzaron los ruidos fuertes y muebles que se arrastraban, sintiéndolos en el techo sobre su cabeza. Una y otra vez. El ruido no lo dejaba dormir.

zwrmzwrm

Tanta fue la insistencia en los ruidos, que tiró de la cuerda y bajó la escalera del altillo. De allí venía todo ese movimiento, del que él no entendía el porqué.

 

Empezó a moverse despacio, deslizando sus pantuflas y agachado lo más que podía. zwrmzwrm

 

En el fondo del cuarto pudo ver un cuadro, con un caballero pintado, que tenía  sombrero con una pluma. Lo miró fijamente a los ojos y o sorpresa, le guiñó un ojo. Y movió su mano derecha hacia él.

 

-Anda toma mi mano, le dijo.

 

-¿Quieres conocer este lugar mágico?. El niño tenía miedo, pero era muy curioso y tomó de su mano. De pronto se encontró como en un túnel, por donde él y este caballero flotaban.

 

De pronto, terminaron sentados sobre el pasto, de una gran pradera y comenzaron a escuchar, -Llegaron, llegaron vengan todos aquí. Así los pueden conocer.

 

De todos lados comenzaron a aparecer duendes, de todos los colores. Se hablaban entre ellos al oído y el niño saltaba de lo feliz que estaba. El caballero, se inclinó y le dijo bajito al oído.

 

-Este es el País de los duendes intrusos. Puedes pedirle un deseo si quieres, para ver a alguien que quieras y luego volverás a tu cama a dormir.

 

Uno de los duendes se acercó al niño y le preguntó, ¿A quién quieres ver?.

 

El niño le contestó – Hay una niña, que en mi grado siempre está triste y quisiera verla y si se pueda traerla aquí para que la conozcan y divertirnos juntos. – Así se hará pequeño, pero cuando vuelvan, haremos que no recuerden que estuvieron aquí, sí que estuvieron juntos jugando.

 

Fue un duende con el niño, a la habitación de la pequeña. Ella estaba dormida y muy suavemente la despertaron. – Ven con nosotros, dijeron el niño y el duende y le extendieron una mano. La niña iba en el medio de los dos. Pasaron por el mismo túnel y llegaron hasta caer en el pasto verde, mullido.

 

Los duendes estaban allí, esperándolos.

 

-A jugar se ha dicho, disfrutaron toda la noche. Hasta que los pequeños se quedaron dormidos.

 

El duende encargado de devolverlos, primero llevó a la niña a su habitación y suavemente la puso en su cama.

 

Volvió y busco al niño, hizo lo mismo. Al día siguiente en el colegio, se encontraron en los juego, la niña y el niño. Desde ese momento, la sonrisa volvió a la cara de la pequeña y jugaron juntos recordando ese momento mágico que habían vivido.

 

Los duendes intrusos los veía entre los arbustos, sin que ellos los pudieran ver.

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Cuento Irlanda – Las luces mágicas

Había un pequeño, que todas las noches miraba por la ventana de su habitación.

 

Miraba hacia el cielo y pedía ver algo mágico, para recordar cuando estaba triste.zwrmzwrm

Una noche de Luna llena, se quedó con los ojos abiertos, viendo desde la cama la ventana y vio una estrella fugaz. Brillaba mucho y estuvo toda la noche recordando lo que había visto, especialmente donde había caído.

 

A la mañana siguiente, en el desayuno les comentó a sus hermanos, que se rieron de él.

 

No importa pensó. Voy a ir hasta ese lugar y saber qué es lo que hay.

 

Una mañana le pidió permiso a su madre y fue con un amigo vecino, que era más grande que él.

 

Caminaron y caminaron, hasta que llegaron a la arboleda donde la Estrella fugaz había caído.

– “Mira”, le dijo el pequeño a su amigo, levantando con su manito un poco de tierra, – “Hay luz, si miras adentro”.

 

-“Si es así le respondió su amigo”. Siguieron excavando un poquito con las manos y empezaron a salir rayos de luz desde el agujero. Los ojos los tenían cada vez más grandes, ante la sorpresa.

 

Escucharon una voz que decía: -“pídanme un deseo y se los cumpliré, no lo digan, gracias por liberarme”. Cada uno pidió el suyo y vieron como la luz se transformaba en una bella hada plateada.

 

-“En agradecimiento, les di sus deseos. Fui llevada por un espíritu oscuro y tu pequeño niño al ver las estrellas, todas estas noches hiciste que tu bondad me liberara. Siempre estaré con ustedes”.

 

-“Ahora pueden volver a sus casas, pocas personas les creerán lo que vivieron. Lo importante es que los tres seguiremos siempre juntos”.

 

Los años pasaron y el pequeño niño cada vez que sentía tristeza, recordaba aquel hermoso momento vivido y aparecía de nuevo en sus labios, la sonrisa que tanto precisaba.

 

 

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Cuento Irlanda – El Castillo mágico (2º parte)

El tiempo pasó y una noche de Luna llena, la señora de pelo blanco, que vivía muy cerca del Castillo, vio de lejos que no era el mismo.

 

Ya no estaban las enredaderas y los árboles que lo protegían. Se veían luces desde las ventanas y se escuchaban risas, como también los valses, que ella comentó siempre de la Leyenda.

 

Se acercó cada vez más, tenía la curiosidad de mirar por las ventanas y ver lo que realmente sucedía, en su interior.

 

“-No puede ser”, dijo la señora de pelo blanco, primero escuchando por la puerta principal, las voces. Después vio por la ventana, que en su interior habían personas bailando y una gran orquesta.

 

Una hadita la vio en la distancia y se acercó a ella. Muy suavemente le dijo en su oído: -“Has visto este Castillo, desde pequeña, comentaste a quien te preguntara sobre el. Siempre tuviste la esperanza, de que volviera a ser lo que era”.

 

La señora de pelo blanco, ya muy mayor, no veía bien. Solamente a su derecha algo que brillaba intensamente, que era el hadita.

 

“-Ven conmigo”, le dijo la hadita. Dame tu mano. zwrmzwrm

 

La señora de pelo blanco, no podía creer lo que estaba viviendo. La hadita la tomó de su mano y juntas volaban hacia una ventana que estaba abierta.

 

La señora estaba muy emocionada, cuando ingresaron la hadita dejó que sus pies se apoyaran en el suelo. Y le dijo: – “Han pasado muchos años y tú siempre pendiente del Castillo y sus habitantes. Ahora ven a disfrutar de la vuelta, de sus habitantes que ya no corren riesgo y se quedarán.”

 

Con su varita la hadita envolvió a la señora, con  destellos de estrellas. Cuando se vio en un enorme espejo, tenía su cabello con una corona y el vestido que ella imagino siempre y no pudo tener hasta este momento.

 

El hadita girando a su alrededor y con una sonrisa le dijo: -“Tu eres parte de esta vuelta, tu deseo se hizo realidad. Ahora disfruta”.

 

Así fue toda la noche bailando valses, charlando con los reyes y sus hijos a quienes habían conocido, desde pequeños. Su deseo se hizo realidad.

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Cuento Irlanda – Las hadas guerreras

Todas las hadas estaban haciendo sus trabajos diarios. De a poco el cielo se empezó a transformar. Cada vez, aumentaban nubes muy oscuras, rayos que hacían un ruido muy agudo. Llamaba la atención, que no llovía.

 

Entremedio de las nubes una figura apareció, daba mucho miedo y de su boca salía fuego, volaba de un lado hacía otro, haciendo que las hadas y los duendes corrieran, de un lado al otro asustados, no sabiendo que hacer.

 

Bajo la tierra existían las hadas guerreras, defensoras de las hadas y los duendes.

 

Tenían un túnel, que dejaba ver lo que sucedía afuera. La superior, se asomó y vio al animal maléfico que quemaba todo mientras volaba.

Salió el Hada Guerrera volando, por sobre el bosque. Todo estaba lleno de fuego, quemándose los árboles y las plantas. Volando rápidamente, fue hasta donde estaban el resto de las hadas guerreras.

 

Vamos a luchar, gritó desde afuera y salieron todas las hadas del pozo armadas con lanzas.

– “Vamos a organizarnos”, dijo la Hada Superior.

– “Iremos volando por diferentes lugares, para ayudar primero a las hadas y los duendes, para llevarlos bajo tierra”.

– “Luego, todas juntas vamos con una red a cazar a la bestia, que nos está quemando nuestras tierras”.

Todos los duendes y las hadas fueron al refugio, bajo tierra. Estaban muy asustados, pero sabían que las hadas guerreras los iban a defender.

Ya estaban bajo tierra, sin riesgo alguno. Ahora había que ir y agarrar al Dragón de fuego.

Subieron lo más alto que pudieron, las hadas con su red. El dragón quedó debajo y le tiraron sobre el la red, cayó fuertemente sobre el suelo. El Hada Superior se encargó de hacer con su varita un agujero grande, llegaba hasta el centro de la Tierra y allí fue arrojado el Dragón.zwrmzwrm

 

Cuando todo pasó, el Hada Guerrera fue a avisar para que salieran las hadas y los duendes del refugio. Al ver todo como había quedado, la Hada Reina dijo: -“Ahora más que nunca tenemos que estar unidos, para volver a tener nuestro hermoso Reino de nuevo”.

 

Las haditas con sus varitas fueron poniendo de nuevo,los árboles y las plantas con las flores. Curar a los animalitos y poner más de los que el Dragón había hecho desaparecer.

 

Los duendes se encargaron de ayudar desde la tierra, a las haditas y guiarlas donde tenían que ir y poner su magia para que todo volviera a ser normal.

 

Fue una prueba muy grande y no esperada. Lo importante es que se mantuvieron unidos y volvieron a tener su tan bello Reino de nuevo.

 

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Cuento Irlanda – El hada dragón

En el bosque llovía mucho. Caían enormes gotas sobre los árboles y las plantas.

 

Las hadas y los duendes se quedaron dentro de sus casitas, dentro de los troncos, para estar protegidos.

 

Un rayo fue directamente hacia el tronco de un árbol, que no tenía ningún habitante en su interior. Hizo un ruido muy fuerte y luego directamente apareció una luz. Después del rayo la tormenta desapareció.

 

Pasó la noche, las hadas y los duendes durmieron tranquilos. Y comenzó la mañana, con un Sol radiante.zwrmzwrm

 

Como todos los días, salieron los duendes a caminar y recorrer el bosque. Por su parte las haditas volando sobre él y la aldea para hacer sus tareas.

 

Un duende pasó caminando, al lado del árbol que había recibido el rayo la noche anterior. Empezó a escuchar ruidos dentro de su tronco.

 

Apoyo su oído y pudo escuchar en su interior: – “Por favor sáquenme de aquí adentro, no puedo salir”. El duende escuchaba que la voz era de una joven y se le ocurrió, ir a buscar a los otros duendes y a las hadas para que lo ayudaran.

 

Los duendes y las hadas rodearon el tronco del árbol, todos escuchaban el pedido de su interior.

 

El Duende Mayor, dio la orden para que comenzaran los duendes con sus hachas, a cortar el tronco. Cada vez se escuchaba con más claridad, el pedido de ayuda.

 

El duende más pequeño, se ofreció a entrar por el agujero del tronco. Grande fue su sorpresa, cuando vio lo que había dentro de él. Salió a los apurones, con mucho miedo y detrás de él una figura de hada, pero con cara de dragón.

 

Las hadas y los duendes se agruparon asustados. El Duende Mayor, le preguntó: -“¿Quién eres tu?.

El hada sorprendida, ante tantas caras de susto al verla respondió: -“Soy el Hada dragón y vengo a protegerlos”.

 

El Duende Mayor, que no le tenía confianza; le contestó:-“Ven con nosotros, así conoces al Hada Madre y ella te conoce a ti”.

 

Así fueron juntos al castillo a ver al Hada Madrina, quien les contestó a las hadas y los duendes, abrazando al Hada dragón: – “Ella es nuestra Hada dragón, que defenderá de las maldades de las brujas, a nosotros y nuestro bosque. Nunca se guíen por la cara, sino por los actos y actitudes que tiene cualquiera con ustedes. La cara no siempre dice la verdad”.

 

Ya estaba entrada la noche y el Hada Madre hizo una gran fiesta, dándole la bienvenida al Hada Dragón, que ya formaba parte de esa gran familia.

 

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Cuento Irlanda – La casa del árbol

Esta es una sorpresa, que sentí en brindarte desde el corazón. Espero lo disfrutes.

 

Desde muy pequeño quiso tener su casa de madera, apoyado en las ramas del árbol, un Roble que estaba en el jardín, de la casa donde vivía de pequeño.

 

Saben lo consiguió, fue en sus sueños mientras dormía.

 

Estaba profundamente dormido, cuando de pronto escuchó una vocecita en su oído que le decía:

-“Vamos tenemos que hacer la casa de madera en el árbol, que tanto quieres”.

 

Dormido, voy abriendo despacio mis ojos y estaba allí. Mi querida hadita, brillante en la oscuridad.

 

-“Despiértate tengo mi varita lista, para que podamos comenzar y compartir el bello momento que tanto deseas”.

 

-“Toma mi mano, que ya nos vamos”.

 

Tomados de la mano, llegamos y apoyé mis pies en el pasto enfrente de aquella casa, que tanto significa aún para mí.

 

Ahí estaba el árbol sonriendo esperándonos. –“Vamos nos dijo a los dos, manos a la obra”.

 

Me trepé hasta una de las ramas y comenzó el bullicio a mí alrededor.

 

-“Vamos escuchaba subamos al árbol decían los duendes”, las hadas de a dos iban trayendo las maderas para hacer la casita.

 

De a poco me encargué con los duendes, en martillar con clavos, todas las maderas.

 

-“Ahí vienen las ventanas y la chimenea gritaban los duendes”. Yo contesté sorprendido, es muy pequeña la casita todo no va a entrar.

 

-“Si cuando quieras acordarte vamos a terminar y tu sueño va a hacerse realidad, contesto el Hada Madrina que apareció con su varita mágica”.

 

-“Cierra los ojos, me dijo”, así lo hice. Cuando los abri allí estaba, su casita de madera que siempre desee. Bella y mágica entre medio de las ramas llenas de flores celestes, con un aroma inconfundible, que me recordaba mi infancia.zwrmzwrm

 

-“Ya es hora de volver”, le dijo mi hadita. Tanto las hadas como los duendes me habían ayudado a cumplir mi deseo. Lo disfrutamos juntos.

Por la mañana, cuando desperté había algo dentro de mi bolsillo. Una nota con una ramita del árbol, “Fue hermoso hacerte tu sueño realidad, siempre estaremos contigo».

 

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Cuento Irlanda – El castillo mágico

En la cima de una montaña, existía un hermoso castillo. Estaba tapado por árboles y arbustos que con el tiempo lo taparon todo; solamente se veían sus torres.

 

Los habitantes que vivían a su alrededor, comentaban a las personas que pasaban por allí, que pasaban cosas raras diariamente.

 

La leyenda comentaba que allí vivieron, el Rey, su Reina y sus dos hijos pequeños. Una niña y un niño. Que eran muy queridos por sus súbditos y que entraron en guerra con ellos otra dinastía.

 

Que luego de esa invasión no se supo más de ellos y que la fortaleza se cubrió de la flora del lugar.

 

Dos niños que viajaban con sus padres, en una visita, se acercaron a comprar unos dulces. Allí estaba una señora muy añosa que los vendía. La señora les preguntó: “-¿Quieren saber que sucedió?”, “-Si, les respondieron los ninos.”zwrmzwrm

“- Bien dijo la señora de pelo blanco, al ser invadidos en el Castillo, las hadas y los duendes los protegieron como pudieron Ellos desaparecieron y nunca se supo más de ellos”. “Lo que si por la noche se escuchan bellos valses, risas y se ven luces que brillan a través de la frondosidad”.

 

“-¿Y si nos acercamos?, dijeron los niños. “- La señora muy cariñosa mirándolos a los ojos les contestó, déjenlos así. Si quieren y se quedan unos días vean y escuchen lo que les conté”.

Así sucedió, esa noche los niños comprobaron que la Leyenda era realidad. Habían conocido un Castillo mágico.

 

Y ahora de grandes, se lo cuentan a sus hijos para que tengan bellos sueños.

 

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Cuento Irlanda – El duende inquieto

Hay una gran variedad de duendes, este duende era muy especial. No podía estar sin hacer algo.

 

Los duendes lo querían mucho, dado que los ayudaba cuando se precisaban dos manos y dos pies que ayudaran.

 

Una tarde vio a un duende que se había caído y golpeado con una piedra. El que era todo un caballero, la tomó de sus brazos y cuando la levantó; se llevó una sorpresa no grata.

 

No era un duende sino, un ser elemental que se alimentaba de los dones de los duendes buenos. El duende inquieto se desvaneció y al volver en sí, se dio cuenta que estaba sin ganas de hacer nada.

 

Volvió con los otros duendes y cuando lo vieron, no era el mismo. Se hizo una reunión de duendes y todos decidieron hablar con las hadas, que tenían el poder de volverlo a hacer quien era.

 

Al poco tiempo apareció el Hada inquieta y que con su varita le tocó la cabeza. El duende se iluminó cuando, fue tocado y la sonrisa, como su inquietud volvió.z

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El hadita le dijo: “Ten cuidado. Muchas veces uno ayuda de corazón, hay muchas almas buscando lo bueno, para quitártelo”. “Cuídate por favor”. Todos festejaron su vuelta y el duende aprendió a utilizar bien su inquietud.

 

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Cuento Irlanda – Alas mágicas

Desde muy pequeña quiso ser un Hada, la sensación de libertad de poder volar le alimentaba el Alma.

 

Siempre estaba mirando al cielo, los pájaros como se movían por el cielo.

 

Especialmente, le llamaba la atención el Colibrí, por su colorido y porque le dijeron que si le pedía un deseo, él se lo iba a cumplir.

 

El tiempo pasó y la esperanza no la perdía de poder volar. Intentó ser paracaidista y no pudo. Ser azafata y en su momento no le daba la altura, dado que era muy baja de estatura.

 

Siguió con su deseo intacto. Durmiendo de noche, un hada se le presentó y le dijo: – Ve al living, allí encontrarás tus alas para volar, todo el tiempo que quieras.zwrmz

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Al día siguiente, se dirigió a donde el Hadita le dijo. Sus ojos estaban enormes, cuando vio, que en una esquina entre las dos paredes estaban apoyadas las alas. zwrmz

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Le salió con toda su fuerza: – ¡Si!, estas son mis alas. Eran bellas, transparentes con el color del Arco Iris. Se las puso, salió al balcón y comenzó a volar. Nunca va a olvidar, esa sensación de libertad. Cuando miró a su lado estaba la Hadita, sonriéndole.

 

Ella le dijo: – Gracias Hadita, por tan bello regalo, nunca me voy a olvidar. La Hadita le contestó: – Esperaste muchos años, lo importante es que tengas presente lo que estás viviendo, eso te ayudará a pasar los malos momentos de la Vida.

 

Siempre estaremos a tu lado, cuando nos busques allí estaremos.

 

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