Se decía que las amazonas vivían en Ponto cerca de la costa del mar Euxino, donde constituían un reino independiente bajo el gobierno de una reina, llamada con frecuencia Hipólita (‘la que deja sueltos sus caballos’). Se suponía que habían fundado muchas ciudades, entre ellas Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos.
Según otras fuentes, originalmente llegaron al Termodonte desde el Palus Maeotis (‘Lago Mareotis’, el Mar de Azov).
En algunas versiones, ningún varón tenía permiso para residir en el país de las amazonas, pero una vez el año, para evitar la extinción de su raza, éstas visitaban a los gargarios, una tribu vecina. Los niños varones que resultaban de estas visitas era sacrificados o enviados de vuelta con sus padres; las niñas se quedaban con ellas y eran criadas por sus madres, y adiestradas en las labores del campo, la caza y el arte de la guerra.
En La Ilíada, se nombra a las amazonas como Antianiras (‘las que luchan como varones’). Herodoto las llamó Andróctonas (‘asesinas de varones’).
Las amazonas aparecen relacionadas con varias leyendas griegas. Invadieron Licia pero fueron derrotadas por Belerofonte, que había sido enviado a luchar contra ellas por Iobates, el rey de este país, con la esperanza de que encontrase la muerte a manos de las amazonas. Según Diodoro , serían originarias del oeste de Libia. Su reina Mirina las llevó a la victoria contra los atlantes y las Gorgonas.
Atacaron a los frigios, que fueron ayudados por Príamo, por entonces un hombre joven. A pesar de esto en su vejez, hacia el final de la Guerra de Troya, sus antiguas oponentes se pusieron de su lado contra los griegos bajo el mando de su reina Pentesilea, quien fue muerta por Aquiles.
El noveno trabajo impuesto a Heracles por Euristeo fue conseguir la posesión del cinturón de la reina amazona Hipólita. Fue acompañado por su amigo Teseo, quien raptó a la princesa Antíope, hermana de Hipólita, un incidente que llevó a la invasión de Ática en represalia, donde Antíope pereció luchando junto a Teseo. En algunas versiones, sin embargo, Teseo se casaba con Hipólita y en otras lo hacía con Antíope, quien no moría. La batalla entre los atenienses y las amazonas se conmemora con frecuencia en un género artístico expresamente dedicado, la amazonomaquia, esculturas en mármol como los del Partenón.
También se dice que las amazonas habrían emprendido una expedición militar contra la isla de Leuce, en la embocadura del Danubio, donde las cenizas de Aquiles habían sido depositadas por Tetis. El fantasma del héroe muerto se apareció aterrorizando a los caballos, que tiraron y pisotearon a las invasoras, obligándoles a retirarse. Se dice que Pompeyo las encontró en el ejército de Mitrídates VI del Ponto.
Se oyen historias sobre ellas en la época de Alejandro Magno, cuando algunos de sus biógrafos mencionan que la reina amazona Talestris le visitó y fue madre con él. Sin embargo, otros biógrafos cuestionan esta afirmación, incluyendo a Plutarco, considerado ampliamente una fuente secundaria. En sus escritos, éste menciona que cuando un comandante naval de Alejandro, Onesicrito, estaba leyendo el pasaje sobre la amazona de su historia de Alejandro al rey Lisímaco de Tracia, que participó en la expedición original, éste le sonrió y dijo «¿Y dónde estaba yo, entonces?».
En La Eneida, el escritor romano Virgilio tomó prestado mucho del mito de las amazonas para su personaje de la doncella guerrera volsca Camilla.
Irlanda, mientras leen les estoy haciendo llegar estrellitas de protección y amor!
Fuente: http://es.wikipedia.org
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