Este es un cuento que mi abuela Tiessie, me contaba de pequeña antes de ir a dormir.Ahora comparto con ustedes este hermoso recuerdo, que tengo muy presente y que en momentos difíciles me roba una sonrisa al recordarlo.
En una casita muy humilde en las afueras del pueblo, vivían un matrimonio con dos hijos. Siempre costaba que hubiera comida en la mesa. El padre de familia trabajaba en las minas. La madre cocía, y cocinaba dulces para vender en el pueblo.
En una de las paredes de madera existía un hueco donde tenía su hogar un duende, que todos los días compartía la necesidad de todos. Movido por lo que sucedía, un día decidió dejar sobre la mesa un mantel con una notita; que decía:…”cuando pongan la mesa, solamente coloquen los platos sobre él y digan Mantelito pon…”.
Cuando volvieron todos de sus quehaceres, la madre se dio cuenta del mantel; fue tanta la alegría que convocó a todos alrededor de la mesa. Hicieron tal cual les decía la nota, y la mesa se llenó de platos riquísimos que los cuatro comieron hasta el hartazgo.
El tiempo pasó, y el padre dijo un día:…”para que ir a la mina, si todo lo que precisamos de comida lo pone el mantel”; después lo mismo hizo la madre dejó de cocer. Hasta que un día misteriosamente el mantel desapareció…
Irlanda, mientras leen les estoy haciendo llegar estrellitas de protección y amor!
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