Había en el bosque un duende gruñón, que desde que se levantaba no dejaba de quejarse. Que el desayuno no era suficiente, que le dolía la espalda, que llovía, etc.
Sus compañeros no lo entendían. A tenía comida, tenía alrededor duendes que lo ayudaban, pero el sostenía su posición.
Un día se quedó más tiempo en la mina trabajando. Llegó la noche y estaba muy oscuro.
También se quejó de su soledad. Al fondo voy una luz muy pequeña, que se le fue acercando. Se le posó en la punta de la nariz. El muy enojado con su mano, la sacó de su nariz. Ella volvió y con los brazos en jarro le dijo:”hey!! No me trates así Gruñón, se que estás solo y estoy tratando de ayudarte a salir de la mina”.
El duende se tomó un tiempo y pensó, se dio cuenta que el hada le estaba brindando una ayuda. Así salieron de la mina, cuando aparecieron los duendes lo rodearon porque estaban muy preocupados por el.
El duende miró al hada y le dijo:”gracias por enseñarme, a ver lo que no veía. La ayuda que tenía y que tu me brindaste”. Con una sonrisa, el hada se fue y su lucecita fue desapareciendo entre los árboles.
Irlanda, mientras leen les envió estrellitas de protección y amor !
Nota: Con referencia a la autoría del Cuento. Dirigirse a la 1º pestaña a la derecha, del encabezado del Blog.zwrmzwrm
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